sábado, 29 de marzo de 2014

La vida es puro teatro

Hola, esta semana pasada, el lunes concretamente estuvimos hablando del teatro del oprimido y me apeteció hacer esta entrada, porque el mes pasado estuve asistiendo a un curso de cooperación para el desarrollo en el cual dedicamos una sesión al teatro y en parte al del oprimido. Por ello me apetecía compartir con todos vosotros la información que nos ofrecieron allí, ya que nos lo dieron como material y tengo disponibilidad del mismo.

Así que para empezar me gustaría contar un poquito sobre el surgimiento de este teatro:

El teatro del oprimido hunde sus raíces en la pedagogía del oprimido de Paulo Freire, educador, pedagogo y filósofo brasileño. Freire era marxista, de ahí la división del mundo en oprimidos y opresores.
El teatro del oprimido proviene de Augusto Boal, iniciándolo aproximadamente hacia finales de los años 60, época significativa por la militarización gubernamental que sufrió Brasil (1964-1984).
En este teatro, el público se transforma en actor principal proponiendo soluciones a los problemas presentados.”

Ahora, para continuar voy a indicar un poco de la pedagogía de Freire y de cómo Boal la utilizó para crear este tipo de teatro.
FREIRE
Su objetivo era un plan para la liberación auténtica del ser humano, (opresor u oprimido).
Realiza una crítica al sistema tradicional de la educación: la educación bancaria. Presenta una nueva pedagogía: educadores y los educandos trabajan juntos para desarrollar una visión crítica del mundo en que viven.
La importancia de la educación en aspectos como la libertad: para que una persona sea realmente libre necesita de una educación que le permita pensar por sí mismo de forma crítica sobre lo que le rodea y tener sus propias ideas sobre ello.
Concientización: proceso de transformación que experimentaban los oprimidos cuando se alfabetizaban, esto supone la interiorización y comprensión de la realidad del mundo que les rodea.



BOAL
Se basó en la pedagogía de Freire. Propone una técnica teatral revolucionaria: estimula a los oprimidos a luchar por la liberación.
Es una versión teatral de la pedagogía del oprimido, una pedagogía de la liberación que pretende más bien concientizar: cada individuo tome conciencia de sus limitaciones, de las opresiones que se le han impuesto y él/ella mismo/a se pone.
Pretende que las personas se empoderen para cambiar la realidad que les rodea. Busca hacernos partícipes de un proceso educativo para la “revolución de la realidad opresora”.
Desde sus implicaciones pedagógicas, sociales, culturales, políticas y terapéuticas se propone transformar al espectador -ser pasivo- en espect-actor, protagonista de la acción dramática.
Para él, tenemos la obligación de inventar otro mundo, porque otro mundo es posible:

La Poética del Oprimido es la Poética de la Liberación: el espectador ya no delega poderes en los personajes ni para que piensen ni para que actúen en su lugar. El espectador se libera: ¡piensa y actúa por sí mismo! ¡Teatro es acción! Puede que el teatro no sea revolucionario en sí mismo, pero no tengan dudas: ¡es un ensayo de la revolución!“ (Boal, 1974: 191).



Para acabar me gustaría mencionar las variantes de teatro del oprimido que a lo largo de las décadas han ido surgiendo:


     

El teatro es un arma eficaz que puede servir de liberación si se sabe utilizar de forma adecuada." 
(Augusto Boal)






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